
Por Jennifer Bilek (@bjportraits) (Traducido por María Olimpia Wallstonecraft @MaraOlimpiaWal1)
La reorganización masiva de las sociedades occidentales a una velocidad vertiginosa, supuestamente para abordar un problema de derechos humanos para una parte minúscula de la población con problemas de identidad, es el colmo del absurdo. Que tanta gente haya comprado esta narrativa ridícula y se la haya tragado entera como si hubiera estado viviendo en una isla desierta y hubiera encontrado la primera fuente potencial de alimento en una semana, es algo fantástico para la vista.
Las personas que entienden la estructura opresiva del capitalismo corporativo, que han estado luchando contra sus estragos colonizadores en una miríada de frentes durante las últimas dos generaciones, están haciendo la vista gorda ante las inversiones de los gobiernos mundiales, las corporaciones multinacionales, los grandes bancos, las grandes tecnologías y las grandes farmacéuticas en la narrativa de “mentes equivocadas en cuerpos equivocados” y la idea de que los hombres pueden ser mujeres. Asimismo, nadie se pregunta por qué están invirtiendo en cambiar nuestro idioma y nuestras leyes, desapareciendo los derechos de las mujeres, apoyando la hormonación y mutilación de niños y niñas, y por qué el mayor bufete de abogados internacional del mundo invierte en la construcción legal de la “infancia transgénero” (también conocida como “infancia trans”).
Es sospechoso que todas nuestras organizaciones de derechos humanos, nuestras instituciones públicas, nuestras instituciones médicas, universidades y cuerpos legales también estén siendo diseñados simultáneamente para este concepto de “identidad de género” y la pequeña población de personas que tienen problemas de identidad centrados en sus cuerpos sexuados, porque les importa. Pensar así, mientras nos encontramos en un planeta devastado debido a la codicia corporativa y la malversación, es simplemente una locura.
Creer tales absurdos implica estar viviendo dentro de una secta, muy parecida a la Cienciología, excepto que esta secta opera a escala global.
Martine Rothblatt, un transexual-transhumanista plantó las semillas para fomentar una construcción legal de la descorporeización como identidad, forjada a partir de su parafilia de poseer la biología femenina para sí mismo, en la década de 1980. El progreso de su ideología, que busca deconstruir el dimorfismo sexual en un esfuerzo por desarrollar las bases sociales y legales para fusionar la humanidad con la inteligencia artificial (IA), es un salto demasiado grande para que lo den muchas personas. El concepto «identidad de género» es un puente para llegar a esa ideología. El transhumanismo suena como una especie de novela de ciencia ficción futurista y distópica que nunca podría materializarse. Sin embargo, lo que la gente no ve es lo que ven Martine Rothblatt y los otros corporativistas de élite que colonizan el sexo biológico de los seres humanos con fines de lucro: los avances en la tecnología y un mercado totalitario que nos están moviendo rápidamente hacia esta fusión. La mayoría de la gente no ve los avances tecnológicos para controlar las capacidades reproductivas de las mujeres o el proceso de colonización que han puesto en marcha para lograr ese fin. No ven las correlaciones entre el “transgénero” y el transhumanismo, que son vastas y se superponen, pero que se manifiestan en gran medida en las diferentes categorías de derechos humanos y desarrollos científicos. Esas diferentes categorías son solo superficiales, una máscara política para fines de ingeniería social.
Los científicos han creado un robot-rana a partir de la piel viva y las células madre del corazón de la rana africana con garras, Xenopus laevis, un robot que imita de muchas formas a la rana a partir de la cual fue moldeada. Las máquinas son criaturas diminutas, de menos de un milímetro (0,04 pulgadas) de ancho, y pueden caminar y nadar, sobrevivir durante semanas sin comida y trabajar juntas en grupos. Sin embargo, no pueden evolucionar ni reproducirse… aún. La característica exclusiva de estas criaturas es que pueden curarse por sí mismas cuando están heridas.
Los avances en las extremidades artificiales neuroprotésicas para humanos ya han fusionado a los humanos con la IA. Las extremidades biónicas ahora pueden ir más allá de estar gobernadas por la mente humana. Los sensores colocados en la extremidad amputada ahora pueden enviar señales musculares a la extremidad biónica de las que luego aprende la IA en la extremidad mecánica, replicando el movimiento humano. La extremidad amputada fusionada con la nueva tecnología, puede permitir un sentido del tacto a la persona a quien se le ha extirpado la extremidad.
En la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), el brazo de investigación de vanguardia del Pentágono, la Oficina de Tecnologías Biológicas (BTO, por sus siglas en inglés), que se inauguró en abril de 2014, tiene como objetivo apoyar tecnologías extremadamente ambiciosas que van desde exoesqueletos motorizados para soldados hasta implantes cerebrales que pueden controlar los trastornos mentales. Los gestores de programas de DARPA en BTO son libres para invertir decenas de millones de dólares en proyectos ambiciosos sin esperar detalles como la revisión por pares. Estos desarrollos se están estudiando en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland. Martine Rothblatt ha sido orador en John Hopkins, el primer hospital en los Estados Unidos en realizar cirugías para hombres que fingen ser mujeres. Sus charlas se centraron en la inmortalidad digital. Rothblatt también ha estado involucrado en el proyecto del genoma humano e inventó la radio por satélite. Rothblatt es miembro de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, financiadas por DARPA.
Lynn Conway (1), un hombre de 83 años, que se ha hecho pasar por mujer desde 1968, después de casarse con una mujer y tener dos hijos, es ampliamente conocido por la revolución de Mead & Conway en el diseño de microchips integrados a gran escala (VLSI). Fue contratado por IBM Research en Yorktown Heights, Nueva York, en 1964, y pronto fue seleccionado para unirse al equipo de arquitectura que diseñaba una supercomputadora avanzada.
Después de conocer la investigación pionera de Harry Benjamin sobre el tratamiento de hombres que deseaban sexualmente la biología femenina para sí mismos y darse cuenta de que las cirugías para ocultar el sexo propio eran de repente posibles, Conway buscó la ayuda de Benjamin y se convirtió en su paciente.
A principios de la década de 1980, Conway dejó Xerox para unirse a DARPA, donde fue un arquitecto clave de la Iniciativa de Computación Estratégica del Departamento de Defensa, un programa de investigación que estudia la computación de alto rendimiento, la tecnología de sistemas autónomos y la tecnología de armas inteligentes. Se retiró de la docencia y la investigación activas en 1998, como profesor emérito en la Universidad de Michigan, una de las muchas universidades financiadas por la familia Pritzker que tienen grandes inversiones tanto en el complejo industrial médico como en la industria de la “identidad de género”. Conway ha dado conferencias, junto con Rothblatt en la Universidad de Victoria, Columbia Británica, Cátedra de conferencias de Estudios Transgénero, Avanzando en la Historia Trans (Moving Trans History Foward). El puesto de Trans Chair fue posible gracias a la financiación de Jennifer Pritzker, otro hombre que busca poseer la biología femenina como propia. Conway, junto con Rothblatt, recibió un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Victoria.
Conway, como Rothblatt y Pritzker, son feroces defensores de LGBTQI. En 2009, Conway fue nombrado uno de los «40 héroes trans de Stonewall» en el 40 aniversario de los disturbios de Stonewall por el Sistema de Tribunales Internacionales, una de las organizaciones predominantemente homosexuales más antiguas y grandes del mundo, y el Grupo de Trabajo Nacional para Gays y Lesbianas.
Petra de Sutter es otro hombre que se hace pasar por mujer, y que está en la primera línea para impulsar la colonización tecnológica de las capacidades reproductivas femeninas, la industria de la “identidad de género” y la tecnología CRISPR preparada para cambiar la raza humana. Es un ginecólogo belga y político representante del partido Groen que ha sido viceprimer ministro en el gobierno del primer ministro Alexander De Croo desde 2020. También ha trabajado como profesor de ginecología en la Universidad de Gante, jefe del Departamento de Medicina Reproductiva en Hospital Universitario de Gante (UZ Gent). Es el primer ministro transgénero de Europa. Además de su función en el Senado, De Sutter se desempeñó como miembro de la delegación belga en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa desde 2014 hasta 2019. Se desempeñó como relator de la Asamblea sobre los derechos del niño en relación con los acuerdos de “gestación subrogada” (2016) y sobre el uso de nuevas tecnologías genéticas en seres humanos (2017). En 2018, De Sutter discutió la edición de genes, el transhumanismo y el futuro de la reproducción tecnológica, sin mujeres, en una TEDTalk.
Tim Gill, fundador, presidente y director de tecnología de Quark, Inc., una corporación de software, dejó su empresa en 2000 para crear una de las ONG LGBT más grandes de los Estados Unidos de América, invirtiendo 500 millones de dólares en reorganizar la sociedad para su causa, más recientemente la ideología de la “identidad de género”. Ahora, opera una empresa de IA para la automatización del hogar tecnológicamente sofisticada, para un mercado de lujo.
Debemos comprender el corporativismo y la ingeniería social, que se encuentran en la raíz de la industria de la “identidad de género”, si queremos tener algún éxito en resistir el movimiento hacia el transhumanismo y el poshumanismo. Para el transhumanismo, los esfuerzos están bien encaminados; mientras, la sociedad está siendo atacada por la espalda creyendo que está apoyando un movimiento de derechos humanos, cuando en realidad, se está cultivando el terreno para normalizar la disociación corporal mediante la desvinculación de nuestra realidad material que es el sexo biológico.
El posthumanismo, es el juego final de nuestra especie. Si no le damos la vuelta a este tren bala ahora, entraremos en una evolución diseñada más allá de lo humano.
(1) El transhumanismo conecta las dos orillas del Atlántico: Estados Unidos de América y España. Lynn Conway y Carla Antonelli, diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE, se conocen. De hecho, Conway admite que Antonelli, entre otros, fueron fuentes de inspiración para crear la web «Transsexual Women’s Successes» (Éxitos de «mujeres» transexuales).
Bilek, Jennifer. (21 de febrero de 2021). The Gender Identity Industry, Transhumanism and Posthumanism. (Traducido por María Olimpia Wollstonecraft). The 11th Hour Blog. Recuperado el 01/03/2021 de https://www.the11thhourblog.com/post/the-gender-identity-industry-transhumanism-and-posthumanism